Un cometa sobre Menorca

Un experto en digitalización de imágenes, Roberto Quevedo, demuestra que el fenómeno captado por la cámara de nuestro colaborador Xavier Pons Cladera es un objeto que fricciona a gran velocidad al entrar en contacto con la atmósfera y que se fragmenta.


A.M.O.

La estela blanquecina que el pasado lunes cruzó los cielos de Maó pertenecía a los restos de un cometa, según señaló ayer el director del Observatorio Astronómico de Costitx, Salvador Sánchez.

Después de analizar las imágenes tomadas por nuestro colaborador meteorológico, Xavier Pons Cladera, Sánchez indicó que la coloración blanquecina y amarillenta, unida a los fenómenos observados los últimos días en la zona del Levante español -donde se ha registrado la caída de asteroides -indican que son restos de un cometa-. "Los meteoritos suelen ser de dos tipos, unos rocosos, sólidos, que muestran a su entrada en la atmósfera un color azulado y rojizo. Y otros, son restos de cometas más volátiles compuestos por gases congelados que al friccionar con la atmósfera suelen ser como el de la fotografía", explicó. "Nunca llegan al suelo, suelen desintegrarse en la atmósfera. En ocasiones ésta actúa incluso como un airbag, si el meteorito no entra en el ángulo preciso, rebota como cuando lanzamos una piedra con efecto en un estanque o se desintegra", comentó. "Para que lleguen al suelo deben tener un diámetro de más de 30 metros", añadió.

Sánchez aseguró ayer que él mismo fue testigo hace una semana de la caída de otro meteorito. "Parece que existe mucha actividad y que todos vienen de la radiante de la constelación de Virgo", apuntó.


Restos de cometa


Lo que llamamos lluvia de meteoritos proviene del polvo que dejan tras de sí los cometas al evaporarse en las proximidades al sol. Este polvo o restos de cometas sigue la órbita del cometa. Cuando la Tierra atraviesa esas órbitas, la caída de meteoritos parece provenir siempre del mismo punto. A ese punto se le denomina radiante y recibe el nombre de la estrella o constelación del cielo del que, aparentemente, provienen los meteoritos. En la actualidad, el cielo está dividido en 88 constelaciones. Éstas varían de posición a lo largo del año, motivo por el que vemos el cielo de distinta forma.

El director del Observatorio de Costitx indicó que la imagen de nuestro colaborador ha sido enviada a una red de seguimiento de meteoritos que caen en Europa y norte de África.

Por otra parte, Roberto Quevedo, experto en el tratamiento digital de imágenes, remitió ayer a este diario desde Madrid un novedoso proceso digital de la fotografía tomada por Pons Cladera. En ella, a través de un sistema de falso color que permite apreciar los detalles más nimios y de mejora de la imagen, se observa que la estela pertenece a un objeto que fricciona a gran velocidad con la atmósfera. "Se ve claramente la zona ionizada del meteorito y que no es la tobera de un reactor o un misil, porque la zona de calor está en el centro, como los meteoritos". explicó Quevedo, quien apuntó que el objeto podría estar girando sobre sí mismo, aunque debido a la resolución de la fotografía no puede distinguir con claridad este aspecto. Lo que sí se observa cerca es otra estela blanquecina que podría ser otro fragmento del meteorito. Quevedo explicó que la imagen tomada desde Es Castell saldrá publicada en una web de la NASA.
Menorca.info, 15 de abril de 2005.