Descubierta una cueva con restos humanos de hace 2.500 años
Los materiales encontrados datan de la época talayótica
Los espeleólogos Pere Arnau y Josep Riera y la arqueóloga Mónica Zubillaga descubren un número indeterminado de individuos, con restos de cabellos y piel, en una gruta intacta en el centro de la Isla
Toni Seguí.Maó
Una gruta situada en la zona centro de la Isla, que ha permanecido intacta desde la época talayótica, ha sido descubierta por los espeleólogos Pere Arnau y Josep Riera y la arqueóloga y espeleóloga Mónica Zubillaga. La importancia del descubrimiento radica en la conservación de un número indeterminado de individuos que presentan restos de cabellos y de piel, aunque las valoraciones definitivas deberán realizarse después de que se lleve a cabo una excavación científica.
La cueva que ha cobijado durante cientos de años los restos humanos, que datan con toda seguridad de la época talayótica, está situada en la zona del centro de la Isla, aunque de momento no ha trascendido su ubicación exacta. Además, otra particularidad de la gruta es que está localizada en un lugar de difícil acceso, en una zona alejada de la costa, lo que por otra parte explicaría que no hubiese sido visitada con posterioridad desde que los pobladores de la cultura talayótica dieran sepultura a sus muertos.
El hallazgo de restos humanos que han permanecido intactos durante este tiempo, alejados presuntamente de la acción depredadora de animales o de las inclemencias meteorológicas, le confiere un valor añadido, por cuanto permitirá llevar a cabo un concienzudo y metódico análisis de los materiales encontrados en la cueva. El estudio genético de la restos humanos, así como del posible ajuar funerario que pueda recuperarse, permitirá conocer un poco más las características físicas y las condiciones de vida que distinguieron a los antecesores talayóticos, así como los ritos relacionados con la muerte que practicaron en una época anterior al inicio de la era cristiana. Además, la información científica que pueda obtenerse del estudio interdisciplinar de los restos orgánicos y materiales permitirá reconstruir el "modus vivendi" de las personas que habitaron la zona donde se localiza la cueva y, por extensión, de los pobladores de la Isla que fueron contemporáneos durante la época talayótica.
Los autores de este importante descubrimiento arqueológico, encabezados por el conocido espeleólogo Pere Arnau, comunicaron su hallazgo al Servicio de Patrimonio del Consell insular, que vela por la protección y conservación del patrimonio arqueológico y arquitectónico de la Isla. Por otra parte, los responsables de este organismo deberán afrontar una estrategia para evitar la degradación de los restos humanos y materiales localizados, así como promover el estudio científico que, a buen seguro, permitirá incrementar el conocimiento de las primeras gentes que habitaron la Isla.
El conseller de Cultura, Mateu Martínez, acompañado de Pere Arnau, Josep Riera y Mónica Zubillaga explicarán esta mañana el alcance del hallazgo.
Un grupo especializado en la búsqueda de grutas imposibles
El descubrimiento de la "Cova des Càrritx", protagonizado por los espeleólogos Pere Arnau y Josep Màrquez, marcó un hito en el campo de la arqueología nacional e, incluso, internacional, por la aparición "in situ" de restos humanos que fueron inhumados por gentes de la cultura talayótica. El hecho de que la entrada de la cueva hubiese permanecido sellada, por causas naturales, desde que fue utilizada por última vez como recinto funerario hasta nuestros días, propició la creación de un microclima que, a su vez, facilitó la conservación de los restos humanos y materiales en un estado excepcional. Un equipo interdisciplinar, encabezado por la Universidad Autónoma de Barcelona, realizó las excavaciones arqueológicas de esta cueva, así como de la "Cova des Mussol" -también localizada por Arnau- que aportaron un inmenso caudal de informaciones sobre la vida y la muerte de los pobladores talayóticos.
Arnau y Màrquez también descubrieron la cueva C-2 en Punta Nati, estudiada por un equipo de profesionales de la Universitat de les Illes Balears, en la que se encontraron numerosos restos de Myotragus. La "Cova de ses Tàperes", descubierta por Arnau en compañía de Josep Riera, también aportó interesantes materiales arqueológicos, así como restos del ovicaprino autóctono de las Balears.
Entre otros hallazgos, merece destacarse "sa Galeria de Sant Antoni", una cueva natural situada en el municipio de Maó, que ha pasado a engrosar la prolífica lista de decubrimientos realizados, sólo o en compañía, por el espeleólogo Pere Arnau.
Menorca.info, 12 de mayo de 2005.
Los espeleólogos Pere Arnau y Josep Riera y la arqueóloga Mónica Zubillaga descubren un número indeterminado de individuos, con restos de cabellos y piel, en una gruta intacta en el centro de la Isla
Toni Seguí.Maó
Una gruta situada en la zona centro de la Isla, que ha permanecido intacta desde la época talayótica, ha sido descubierta por los espeleólogos Pere Arnau y Josep Riera y la arqueóloga y espeleóloga Mónica Zubillaga. La importancia del descubrimiento radica en la conservación de un número indeterminado de individuos que presentan restos de cabellos y de piel, aunque las valoraciones definitivas deberán realizarse después de que se lleve a cabo una excavación científica.
La cueva que ha cobijado durante cientos de años los restos humanos, que datan con toda seguridad de la época talayótica, está situada en la zona del centro de la Isla, aunque de momento no ha trascendido su ubicación exacta. Además, otra particularidad de la gruta es que está localizada en un lugar de difícil acceso, en una zona alejada de la costa, lo que por otra parte explicaría que no hubiese sido visitada con posterioridad desde que los pobladores de la cultura talayótica dieran sepultura a sus muertos.
El hallazgo de restos humanos que han permanecido intactos durante este tiempo, alejados presuntamente de la acción depredadora de animales o de las inclemencias meteorológicas, le confiere un valor añadido, por cuanto permitirá llevar a cabo un concienzudo y metódico análisis de los materiales encontrados en la cueva. El estudio genético de la restos humanos, así como del posible ajuar funerario que pueda recuperarse, permitirá conocer un poco más las características físicas y las condiciones de vida que distinguieron a los antecesores talayóticos, así como los ritos relacionados con la muerte que practicaron en una época anterior al inicio de la era cristiana. Además, la información científica que pueda obtenerse del estudio interdisciplinar de los restos orgánicos y materiales permitirá reconstruir el "modus vivendi" de las personas que habitaron la zona donde se localiza la cueva y, por extensión, de los pobladores de la Isla que fueron contemporáneos durante la época talayótica.
Los autores de este importante descubrimiento arqueológico, encabezados por el conocido espeleólogo Pere Arnau, comunicaron su hallazgo al Servicio de Patrimonio del Consell insular, que vela por la protección y conservación del patrimonio arqueológico y arquitectónico de la Isla. Por otra parte, los responsables de este organismo deberán afrontar una estrategia para evitar la degradación de los restos humanos y materiales localizados, así como promover el estudio científico que, a buen seguro, permitirá incrementar el conocimiento de las primeras gentes que habitaron la Isla.
El conseller de Cultura, Mateu Martínez, acompañado de Pere Arnau, Josep Riera y Mónica Zubillaga explicarán esta mañana el alcance del hallazgo.
Un grupo especializado en la búsqueda de grutas imposibles
El descubrimiento de la "Cova des Càrritx", protagonizado por los espeleólogos Pere Arnau y Josep Màrquez, marcó un hito en el campo de la arqueología nacional e, incluso, internacional, por la aparición "in situ" de restos humanos que fueron inhumados por gentes de la cultura talayótica. El hecho de que la entrada de la cueva hubiese permanecido sellada, por causas naturales, desde que fue utilizada por última vez como recinto funerario hasta nuestros días, propició la creación de un microclima que, a su vez, facilitó la conservación de los restos humanos y materiales en un estado excepcional. Un equipo interdisciplinar, encabezado por la Universidad Autónoma de Barcelona, realizó las excavaciones arqueológicas de esta cueva, así como de la "Cova des Mussol" -también localizada por Arnau- que aportaron un inmenso caudal de informaciones sobre la vida y la muerte de los pobladores talayóticos.
Arnau y Màrquez también descubrieron la cueva C-2 en Punta Nati, estudiada por un equipo de profesionales de la Universitat de les Illes Balears, en la que se encontraron numerosos restos de Myotragus. La "Cova de ses Tàperes", descubierta por Arnau en compañía de Josep Riera, también aportó interesantes materiales arqueológicos, así como restos del ovicaprino autóctono de las Balears.
Entre otros hallazgos, merece destacarse "sa Galeria de Sant Antoni", una cueva natural situada en el municipio de Maó, que ha pasado a engrosar la prolífica lista de decubrimientos realizados, sólo o en compañía, por el espeleólogo Pere Arnau.
Menorca.info, 12 de mayo de 2005.
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