Descubren en Menorca una tumba humana talayótica en perfecto estado
El Consell Insular ha pedido la colaboración de universidades del país para analizar las piezas - Los restos encontrados en una cueva consisten en cabellos, parte de un cráneo, huesos de una pierna, así como una camilla de madera / El hallazgo es el más importante desde el de Cova de Càrritx
JESÚS TORNÉ
MAÓ.- Poco esperaban los espeleólogos Pere Arnau y Josep Riera, y la arqueóloga Mónica Zubillaga que en la cueva a la que estaban accediendo, en el centro de la isla, se encontraba una tumba humana de época talayótica en óptimo estado de conservación. Y es que el clima húmedo de Menorca es poco proclive a que se mantengan con tanta integridad durante alrededor de tres mil años, como es el caso, restos de cabello, madera y huesos.
«No es nada habitual hallar un yacimiento como éste», dijo Zubillaga, «en pocas partes del mundo se puede encontrar una cueva intacta con restos como éstos». No se ha concretado la edad del hallazgo, ya que para ello serán necesarios los posteriores análisis. De forma aproximada, la tumba que los tres exploradores descubrieron en la cueva pertenece al periodo talayótico, de forma que el hallazgo podría llegar a tener 3.500 años de antigüedad.
Precisamente para poder delimitar la edad del cuerpo enterrado se procederá a una prueba de ADN, para lo cuál serán básicos los restos de cabello hallados. De hecho, Arnau destacó ayer que a diferencia del yacimiento que descubrió en otra ocasión, el de la Cova des Càrritx, del 1200 a.C., en esta ocasión los pelos conservan su raíz, lo que facilita la prueba científica. En aquélla, los cabellos habían sido cortados durante el rito funerario y acompañaban la tumba de forma simbólica, pero en ésta el cuerpo fue enterrado íntegramente cara arriba. Entre los restos, además, se encuentran las falanges y los huesos del tobillo de un pie, residuos craneales, materiales orgánicos pegados a los huesos, probablemente la propia piel o bien un tejido con el que fue cubierto el muerto, así como fragmentos de madera.
«Se trata de una parihuela», concretó Zubillaga. Y es que, al parecer, era tradición en aquella cultura que los muertos fueran transportados al interior de su tumba en una camilla de madera sobre la cuál acababa reposando el cadáver.
La clave de que todo se haya conservado tan apropiadamente reside, según Riera, en que las condiciones ambientales del interior de la cueva, unos 17 grados de temperatura y 60 por ciento de humedad, son las que debe cumplir un museo para conservar sus piezas. La humedad que impera en la isla suscita que los materiales orgánicos acaben desintegrándose con el tiempo.
En consecuencia, según el equipo de espeleólogos, si el material orgánico descubierto se ha conservado, esto abre la puerta a que en cuanto se escarbe se halle en perfecto estado el ajuar con el que se solía enterrar a los muertos en la antigüedad.
«Sean cuerdas, maderas, una honda o paneras hechas de esparto», afirmó Arnau, «cualquier objeto que se encuentre en el interior de esta cueva estará en perfecto estado, mientras que en otras cuevas sólo se encuentran objetos inorgánicos, como los realizados con bronce o cerámica».
Precisamente por la idoneidad de las condiciones ambientales de la cueva, el transporte de los objetos es una fase que exigirá suma precaución, ya que los materiales podrían llegar a deshacerse en contacto con el exterior.
Para ello, el Consell Insular, al que se dirigieron los exploradores al hallar la tumba, ha solicitado la ayuda a diversas universidades del país, a fin de llevar a cabo una profunda investigación multidisciplinar.
Una vez superado, durante miles de años, el proceso de conservación natural, es necesaria la preservación del yacimiento. Por ello, los autores del hallazgo, así como el conseller de Cultura y Educación del Consell Insular, Mateu Martínez, fueron muy claros a la hora de eludir el emplazamiento. «Desgraciadamente, tenemos muchos ejemplos de expolios en el país», dijo Zubillaga, «que muchas veces tienen como finalidad comercializarlas pero en otros se limitan a destrozar restos. Entonces esa información que se ha perdido para siempre».
El Mundo-El Dia de Baleares, 13 de mayo de 2005.
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